En un giro sorprendentemente lógico, el estado de Texas ha decidido que la educación de sus jóvenes se puede complementar con una dosis de fracking, conviertiendo áreas cercanas a escuelas y guarderías en el nuevo patio de recreo para la industria del petróleo. Al más puro estilo "todo por la economía," los legisladores han encontrado la forma perfecta de hacer que los niños se sientan como en casa, justo al lado de una explosión de aguas hidrocarburadas. “¿Qué mejor manera de enseñarles sobre la ciencia y el medio ambiente que exponiéndolos a las maravillas del gas natural?” musitó un representante estatal mientras firmaba el nuevo proyecto de ley que permitirá a las empresas energéticas perforar a pocos metros de las aulas. “Además, piensen en las oportunidades de aprendizaje: pueden ver cómo la presión transforma el terreno y observar en vivo el fenómeno del cambio climático. Es como una clase de biología, pero con más ruido y menos naturaleza”. Los padres, por supuesto, están entusiasmados con la idea. “Nunca imaginé que podríamos proporcionar a nuestros hijos una experiencia educativa tan única,” comentó una madre mientras revisaba las entregas de newsletters sobre “Salud y Fracking 101” de la escuela. “Ya hemos tenido que lidiar con la falta de recursos, pero nada dice ‘educación integral’ como la posibilidad de que un derrame de petróleo ocurra en la salida de la escuela." Las guarderías también están adaptando sus currículos. “Introduciremos nuevas actividades como ‘Caza de Contaminantes’ y ‘Artesanía con Residuos Tóxicos’,” anunció una directiva de un centro infantil. “Imaginamos que los niños usarán sus habilidades creativas para hacer manualidades con botellas de plástico y trozos de equipo de fracking que recolecten en el patio. ¡Nada es más divertido que manualidades que te enseñen el valor del reciclaje!” Por supuesto, ya se están implementando medidas de seguridad. Sencillamente construirán cercas alrededor de las áreas de perforación, que están claramente marcadas con signos que pueden o no incluir advertencias sobre explosiones, escape de gases peligrosos o incendios súbitos. “Todo está bajo control,” declaró con confianza un portavoz de la industria del petróleo. “Si un niño se siente un poco mareado, ¡simplemente es parte de la experiencia!” Las organizaciones de padres han mostrado preocupación, pero eso no ha impedido que se organicen excursiones escolares al campo de fracking más cercano. “Visitar la planta podría inspirar una generación de pequeños ingenieros y ambientalistas,” comentó uno de los organizadores. “Y si no, al menos tendrán historias interesantes para contar cuando sean mayores.” Así que, en lugar de desaparecer los antiguos patios de juegos, ahora los niños de Texas tienen la oportunidad de crecer al lado del petróleo y los juegos de azar de la economía moderna. Total, ¿Quién necesita un juego seguro cuando puedes tener una lección de vida que podría potencialmente explotar en cualquier momento? ¡Viva Texas, donde hasta la educación tiene un precio!